Para que corporal

¿Para qué sirve?

Todo lo que expresa nuestro cuerpo nos habla de la totalidad del ser completo que somos. Nos muestra 

cómo nos “gestionamos” a diario, comprometiendo a menudo nuestra salud y bienestar general.

La postura en sí refleja nuestra manera de plantar cara al mundo, la relación que tenemos con

nosotros mismos y los distintos aspectos de nuestra personalidad.

Todo lo que expresa nuestro cuerpo nos habla

de la totalidad del ser completo que somos.

Nos muestra  cómo nos “gestionamos” a diario, comprometiendo a menudo nuestra salud y bienestar general.


La postura en sí refleja nuestra manera

de plantar cara al mundo, la relación que tenemos con nosotros mismos y los distintos aspectos de nuestra personalidad.

Nuestra configuración corporal y postural es la suma de improntas genéticas pero, sobre todo, de recuerdos, aprendizajes y experiencias que han generado unas creencias que la condicionaron a lo largo de los años. Evidencian donde hay “infelicidad en nuestro cuerpo, qué tipo de relación cultivamos con este, y donde se distorsionó la conexión induciendo una pérdida de placer debido a “imposiciones” que no le corresponden.
Muchas de las dolencias corporales que podemos tener suele reflejar algo que no ha sido reconocido, procesado e digerido, el subconsciente reactivando lo que se distorsiono. Atestiguan la presencia de un estrés físico que se reparte en el cuerpo de una manera específica según cada persona generando incomodidad, malestar, dolor o molestias de cualquier tipo.
Muchas de las dolencias corporales que podemos tener suele reflejar algo que no ha sido reconocido, procesado e digerido, el subconsciente reactivando lo que se distorsiono. Atestiguan la presencia de un estrés físico que se reparte en el cuerpo de una manera específica, según cada persona, generando incomodidad, malestar o dolor de todo tipo (tensiones, rigidez muscular, problemas respiratorios o digestivos, sobrecarga en las rodillas, los hombros, la espalda...).
Se traduce físicamente en “exceso” (sobre activación)“defecto”, (ausencia o carencia), hacia fuera/ dentro, arriba/abajo... Se refleja en cuerpos demasiado laxos, tensos o rígidos, en posturas desalineadas o “fragmentadas”, en columnas vertebrales con flexibilidad limitada o casi nula, etc. 
Pero el cuerpo no está fijo. Si se transforma a medida que crecemos y envejecemos se puede acercar de nuevo a su "diseño" de origen y reconectar con su naturaleza primigenia. Las patológicas posturales, por ejemplo, son relativamente raras, la mayoría de las posturas cualificadas como "mala" siendo, a menudo, solo el "producto" de unos hábitos perjudiciales inconscientes. Así, de la misma manera que se configura una postura "artificial" se puede "des-hacer", tanto como aliviar otras dolencias en nuestro cuerpo si se descubre lo que se genera en contra, cambiando de actitud y remplazando de a poco lo que lo perjudica por nuevos hábitos que permiten gozar de mas salud y plenitud física.
Al final, el bienestar corporal depende del cuidado y cariño que otorgamos a nuestro cuerpo tanto como de la escucha, la atención y el tiempo que queremos dedicarle para mantener su equilibrio. Ampliar el grado de consciencia que se tiene de nuestro cuerpo facilitando unos reajustes  postural/corporal permite devolverle el protagonismo que merece y reactivar su capacidad de autorregulación.
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