LA POSTURA: UN GRAN ESPEJO
La configuración corporal atestigua lo que fue. Habla de lo antiguo que se quedó gradado
en el cuerpo alejando este de su estado primigenio.
La rigidez corporal expresa lo que no fue digerido del pasado. Actuar sobre la postura facilita la disolución de las trabas y bloqueos a raíz de las tensiones que la alteran. Equilibrar una postura "distorsionada" facilita el "renacer" de un "nuevo yo" más flexible, ayuda a reconectar el cuerpo con su "patrón" saludable de origen, y tiene incidencia sobre el campo energético entero, ya que este contiene y reproduce toda la información que sigue trastornando o alejando la postura de su estado primigenio.
LA POSTURA: UN GRAN ESPEJO
La configuración corporal atestigua
lo que fue. Habla de lo antiguo que se quedó gradado en el cuerpo alejando este de su estado primigenio.
La rigidez corporal expresa lo que
no fue digerido del pasado.
Actuar sobre la postura facilita la
disolución de las trabas y bloqueos a
raíz de las tensiones que la alteran.
Equilibrar una postura "distorsionada"
facilita el "renacer" de un "nuevo yo"
más flexible, ayuda a reconectar el
cuerpo con su "patrón" saludable de
origen, y tiene incidencia sobre el
campo energético entero, ya que
este contiene y reproduce toda la
información que sigue trastornando
o alejando la postura de su estado
primigenio.
La postura en sí refleja nuestra manera de plantar cara al mundo, la relación que tenemos con nosotros
mismos y los distintos planos o aspectos de nuestra personalidad.
Si se hiciera una lectura simbólica de nuestra postura, se podrían descubrir los patrones energéticos,
mentales, emocionales y espirituales que la alejaron de su naturalidad.
Indagar en la propia postura permite desvelar las creencias y los condicionamientos que mantienen
activos los patrones físicos que la desalinean o trastocan, configurando el "ego corporal".
Favorecer el reajuste o equilibrio postural tiene incidencia sobre la "entidad global" que es una persona
y permite agilizar la resolución de asuntos pendientes que limitan o impiden la plena expansión.
La postura en sí refleja nuestra manera de plantar cara al mundo, la relación
que tenemos con nosotros mismos
y los distintos planos o aspectos de
nuestra personalidad.
Si se hiciera una lectura simbólica de
nuestra postura, se podrían descubrir
los patrones energéticos, mentales,
emocionales y espirituales que la
alejaron de su naturalidad.
Indagar en la propia postura permite
desvelar las creencias y los
condicionamientos que mantienen
activos los patrones físicos que la
desalinean o trastocan, configurando
el "ego corporal".
Favorecer el reajuste o el equilibrio
postural tiene incidencia sobre la
"entidad global" que es una persona
y permite agilizar la resolución de
asuntos pendientes que limitan o
impiden la plena expansión.
Objetivos de un reajuste postural "en profundidad"
- Desarrollar la escucha corporal y
afinar el "sentirte", clave del equilibrio
postural.
- Tomar consciencia de los hábitos posturales que alejan tu cuerpo de
su naturalidad primigenia (ya sea
por desconectarte de él, por desear
controlarlo dando la prioridad a tu
mente, por una gestión inadecuada
de tus emociones...).
- Percatarte de las compensaciones físicas que adoptas para lidiar con lo que "añades" o impones a tu cuerpo
o a tu postura.
- Reconocer donde se almacenan las tensiones, el estrés corporal y
las molestias que atestiguan los
bloqueos que traban el fluir de tu
energía.
- Descubrir los impulsos emocionales que alteran tu postura desde la niñez, lo que te da miedo sentir y que reprimes a nivel corporal.
- Desvelar los desequilibrios ocultos en los otros planos de tu ser, que reflejan los desajustes en tu cuerpo o tu postura.
- Desarrollar unos medios personalizados que abran nuevas posibilidades de autoexploración y revelen lo que tu cuerpo necesita de verdad, siempre a favor de su equilibrio y salud.
- Devolver a tu cuerpo el protagonismo y el cuidado que se merece dándote unos medios para atender y sostener
tus procesos corporales en tu
cotidianidad.
- Afianzar nuevos patrones o hábitos
en beneficio de tu bienestar corporal
y postural.
Objetivos de un reajuste postural
- Desarrollar la escucha corporal y afinar el "sentirte", clave del equilibrio postural.
- Tomar consciencia de los hábitos posturales que alejan tu cuerpo de su naturalidad primigenia (ya sea por desconectarte de él, por desear controlarlo dando la prioridad a tu mente, por una gestión inadecuada de tus emociones...).
- Percatarte de las compensaciones físicas que adoptas para lidiar con lo que "añades" o impones a
tu cuerpo.
- Reconocer donde se almacenan las tensiones, el estrés corporal y las molestias que atestiguan los bloqueos que traban el fluir de tu energía.
- Descubrir los impulsos emocionales que alteran tu postura desde la niñez, lo que te da miedo sentir
y que reprimes a nivel corporal.
- Desvelar los desequilibrios ocultos en los otros planos de tu ser, que reflejan los desajustes en tu
cuerpo o tu postura.
- Desarrollar unos medios personalizados que abran nuevas posibilidades de autoexploración y revelen
lo que tu cuerpo necesita de verdad, siempre a favor de su equilibrio y salud.
- Devolver a tu cuerpo el protagonismo que se merece dándote unos medios para atender y sostener tus procesos corporales en tu vida diaria.
- Afianzar nuevos patrones o hábitos en beneficio del autocuidado y el bienestar corporal y postural.
En esta terapia el enfoque principal se centra en el plano energético. Sin embargo, si algunos bloqueos
se evidencian en la postura se hará hincapié en esta, como "acercamiento complementario" a
la totalidad que es cada persona.
(Según necesidades y demandas las sesiones se pueden centrar en la dimensión corporal).
En esta terapia el enfoque principal
se centra en el plano energético.
Sin embargo, si algunos bloqueos se evidencian en la postura se hará hincapié en esta, como "acercamiento complementario" a la totalidad que
es cada persona.
(Según necesidades y demandas las sesiones
se pueden centrar en la dimensión corporal).